Gutierrez Romero Britanny 1, Velázquez Télles Valeria 2, Luna Ricaño Crista Jesana 3, Martha Eugenia Juárez Martínez 4 Nuñez Enríquez Juan Carlos 5.
¹ Facultad de medicina, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo: britanny.gutierrezr@alumno.buap.mx
² Facultad de medicina, Universidad Popular Autónoma del estado de Puebla. Correo: vvelazqueztelles@gmail.com
³ Facultad de medicina, Benemérita Universidad Autónoma de Puebla. Correo: crissjess24@gmail.com
⁴ Facultad de medicina, Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Centro de Investigación Oncológica, Una Nueva Esperanza, Puebla México. Correo: meujeniajm@gmail.com
⁵ División de Investigación en Salud. UMAE Hospital de Pediatría “Dr. Silvestre Frenk Freud”, Centro Médico Nacional, Siglo XXI, Instituto Mexicano del Seguro Social. Correo: jcarlos_nu@hotmail.com Teléfono: +525531884373
Reseña:
El Dr. Núñez es Jefe de Investigación en Salud del Hospital de Pediatría del CMN Siglo XXI (IMSS) y médico pediatra con doctorado en ciencias médicas por la UNAM. Su línea de investigación principal es Leucemia Infantil.
Resumen:
La leucemia infantil es el tipo de cáncer más común en niñas y niños en México. Se trata de una enfermedad de la sangre y la médula ósea en la que los glóbulos blancos se producen de manera anormal y en exceso, lo que afecta la defensa del cuerpo contra infecciones. Cada año, en México se registran alrededor de 5,000 nuevos casos de cáncer infantil, y de ellos, casi la mitad corresponden a leucemias. El tipo más frecuente es la leucemia linfoblástica aguda (LLA), que representa cerca del 80% de los diagnósticos.
Los síntomas suelen ser inespecíficos, lo que puede retrasar el diagnóstico. Entre los más comunes están: cansancio extremo, palidez, fiebre recurrente, moretones o sangrados fáciles, dolor de huesos o articulaciones, y ganglios inflamados. Dado que estos signos pueden confundirse con otras enfermedades comunes en la infancia, es fundamental que padres y cuidadores estén atentos y acudan al médico ante sospechas. En México, los avances médicos han logrado que más del 70% de los pacientes logren la curación cuando se detecta a tiempo y se cumple el tratamiento de manera adecuada. La detección temprana y el acompañamiento familiar son clave para mejorar la supervivencia y la calidad de vida de los pacientes. Hablar de la leucemia en la niñez es necesario para sensibilizar a la comunidad y apoyar a las familias en el proceso de diagnóstico y tratamiento.
Palabras clave: leucemia, cáncer, médula ósea.
“Leucemia: lo que todo padre necesita saber”
La leucemia es el cáncer infantil más frecuente en México y aparece cuando la médula ósea, la “fábrica de la sangre”, produce glóbulos blancos anormales que no funcionan bien. Estos glóbulos no sólo no protegen al cuerpo, sino que además desplazan a las células sanas, lo que afecta la salud de los niños. En condiciones normales, esta fábrica produce células en la cantidad y forma correctas. Por esta razón seleccionamos información que consideramos útil para el bienestar del paciente así como de su cuidado en casa.
Lo importante es saber que la leucemia se puede detectar a tiempo si estamos atentos a ciertos cambios. Los principales signos y síntomas son:
- Cansancio extremo y palidez, aunque el niño descanse bien.
- Fiebre sin causa aparente que regresa con frecuencia.
- Moretones o sangrados fáciles, incluso con golpes leves o sangrado de encías y nariz.
- Dolor en huesos o articulaciones, que puede confundirse con “dolores de crecimiento”.
- Ganglios inflamados, sobre todo en cuello, axilas o ingles.
Estos síntomas pueden parecer comunes en la infancia, pero cuando se presentan de manera repetida o persistente, es señal de que algo no está bien.
Acudir al médico ante las primeras señales puede marcar la diferencia. Hoy en día, la leucemia tiene tratamientos muy efectivos y muchos niños logran recuperarse completamente con un diagnóstico temprano y el acompañamiento adecuado.
¿Cómo reconocer los signos iniciales en casa?
La leucemia es el cáncer más común en la infancia y, aunque puede sonar aterrador, conocer sus síntomas y detectarlos a tiempo puede marcar la diferencia en el tratamiento y recuperación de los niños. Los padres y cuidadores son quienes mejor conocen a sus hijos, por eso son clave para notar cambios que puedan indicar que algo no anda bien. A continuación, se describen los principales signos y síntomas de la leucemia en niños y cómo pueden identificarse en casa.
1. Cansancio extremo y palidez
Uno de los síntomas más frecuentes es el cansancio que no mejora con el descanso. Los niños pueden verse más débiles, desanimados o con menos ganas de jugar. Esto ocurre porque la médula ósea deja de producir suficientes glóbulos rojos (células de la sangre) sanos, a esta deficiencia de células sanguíneas se le llama anemia y puede reflejarse en los niños con piel más pálida de lo habitual, sobre todo en el rostro, labios y manos y puede estar acompañado de fatiga, agitación, debilidad o mareo.
2. Fiebre persistente o recurrente
La fiebre que aparece sin una causa aparente, o que regresa una y otra vez a pesar del uso de medicamentos, puede ser una señal de alarma. Los glóbulos blancos enfermos que son células en la sangre que nos ayudan a combatir las infecciones, no funcionan adecuadamente, por lo que los niños con leucemia pueden tener infecciones repetidas, frecuentes o prolongadas, acompañadas de fiebre.
3. Moretones y sangrados fáciles
Otro signo que puede llamar la atención es la aparición de moretones sin golpes importantes o en lugares poco comunes, como la espalda o el abdomen. También son frecuentes los sangrados de nariz (epistaxis), el sangrado de encías al cepillarse los dientes o pequeñas manchas rojas en la piel llamadas petequias. Estos síntomas ocurren porque hay menos plaquetas, que son las células encargadas de detener los sangrados.
Figura 1

Ilustración: Principales signos y síntomas de la leucemia.
4. Dolor en huesos y articulaciones
Algunos niños con leucemia sienten dolores de huesos o articulaciones, que en ocasiones se confunden con “dolores de crecimiento”. Estos dolores pueden presentarse en las piernas, brazos o espalda, y a veces son tan intensos que dificultan caminar o jugar.
5. Inflamación de ganglios, abdomen o encías
La leucemia puede causar que los ganglios linfáticos (pequeños “nódulos” que ayudan a defender al cuerpo) se inflamen. Los padres pueden notar “bolitas” en el cuello, las axilas o las ingles. En algunos casos, el hígado o el bazo también aumentan de tamaño, provocando un abdomen hinchado. Incluso, algunos niños presentan encías inflamadas y dolorosas.
6. Sudoración nocturna y pérdida de peso
Otro síntoma menos conocido, pero importante, es la sudoración excesiva durante la noche, al grado de empapar la ropa o las sábanas. Además, los niños con leucemia pueden perder peso sin razón aparente, a pesar de mantener la misma alimentación.
7. Falta de apetito e irritabilidad
Los cambios en el apetito también son un signo a considerar. Algunos niños comienzan a rechazar la comida o a comer mucho menos de lo normal. Esto, combinado con el cansancio y el malestar general, puede hacerlos estar más irritables, sensibles o decaídos.
La clave está en la observación diaria. Los padres suelen ser los primeros en notar que “algo no está bien”. Por eso, es importante:
- Comparar la energía actual del niño con su nivel habitual de actividad.
- Revisar la piel, encías y presencia de moretones o sangrados inusuales.
- Estar atentos a las fiebres que aparecen sin resfriados claros o que se repiten constantemente.
- Notar cambios en el apetito, el sueño o la conducta.
- Palpar suavemente cuello, axilas y abdomen para identificar inflamaciones.
- Ninguno de estos síntomas por sí solo significa automáticamente leucemia, pero si varios se presentan de manera persistente o en conjunto, es fundamental acudir al médico para una revisión completa.
Figura 2:

Ilustración:
Detecté síntomas en mi niño… ¿cuándo y cómo debo actuar?”
Uno de los primeros cambios que puede notarse son los moretones. En los niños es normal que aparezcan moretones de vez en cuando, sobre todo si son activos, corren y juegan mucho. Sin embargo, debemos estar atentos cuando estos moretones:
- Aparecen con mucha frecuencia.
- Surgen sin una razón clara, es decir, sin golpes o caídas.
- Se acompañan de otros síntomas como cansancio extremo, piel muy pálida o fiebre de 38 °C o más.
La combinación de estos tres síntomas —moretones, palidez y fiebre— es una de las señales más importantes que nos deben motivar a consultar al médico lo antes posible.
Otro signo común es el cansancio repentino. Todos los niños pueden sentirse cansados si han dormido poco, han tenido un día pesado en la escuela o están atravesando una infección leve. Lo que debe preocuparnos es cuando ese cansancio persiste por varios días, aparece sin motivo aparente o se combina con otros síntomas como falta de apetito, fiebre o cambios en el ánimo. También puede pasar que el niño pierda interés en actividades que antes disfrutaba, como correr, jugar o convivir. Aunque a veces esto se debe a factores emocionales o escolares, también puede ser una señal de que el cuerpo no está funcionando bien y necesita atención médica.
Otro signo a vigilar es la presencia de “bolitas” o bultos en el cuerpo. Estos suelen aparecer en el cuello, las axilas, la ingle, el abdomen, detrás de las rodillas o en los codos. Lo primero que muchos padres piensan es en algo grave, pero es importante aclarar que en la mayoría de los casos se trata de ganglios inflamados. Los ganglios linfáticos forman parte de las defensas del cuerpo y se inflaman cuando los niños tienen una infección común, como un resfriado o una faringitis .
Aun así, siempre que note una protuberancia en su hijo, es recomendable llevarlo al pediatra. El médico revisará el tamaño, la consistencia y el tiempo que lleva el bulto, además de preguntar si el niño ha tenido fiebre, infecciones frecuentes o pérdida de energía. Muchas veces el hallazgo se debe simplemente a que el cuerpo está luchando contra una infección, pero en otras ocasiones puede ser un signo de una enfermedad más seria, como la leucemia.
En conclusión, como padres no podemos ni debemos diagnosticar, pero sí podemos estar atentos a los cambios en el cuerpo y el comportamiento de nuestros hijos. Si observa moretones frecuentes, cansancio inexplicable, fiebre repetida, piel muy pálida o bultos que no desaparecen, lo más seguro es consultar al médico. Él se encargará de pedir los estudios necesarios para descartar problemas y, en caso de ser necesario, iniciar el tratamiento adecuado.
Recordemos que la detección temprana salva vidas. Con un diagnóstico oportuno, la mayoría de los niños con leucemia puede recibir tratamiento eficaz y recuperar su salud. La mejor herramienta de los padres es la observación y la confianza en su intuición: si siente que algo no está bien con su hijo, no dude en buscar ayuda médica.
Como papá o mamá, ¿cuándo debo preocuparme y buscar ayuda médica urgente para mi hijo con leucemia?”
Cuando un niño es diagnosticado con leucemia, toda la familia enfrenta un proceso lleno de dudas, temores y cambios en la vida diaria. Uno de los aspectos más importantes en el cuidado de los pequeños es aprender a reconocer los signos de alarma, es decir, aquellas señales que indican que debemos acudir de inmediato al hospital o al servicio de urgencias.
Estar atentos y actuar a tiempo puede marcar la diferencia en el bienestar y la recuperación del niño. A continuación, se explican de manera clara los principales signos de alarma y cómo detectarlos en casa.
Fiebre
La fiebre es una de las señales más comunes. Si tu hijo presenta una temperatura de 38 °C o más, con o sin escalofríos, es motivo para acudir a urgencias.
¿Por qué? Porque en la leucemia y durante el tratamiento las defensas del cuerpo bajan, y una fiebre puede indicar una infección que necesita atención inmediata. Nunca se debe subestimar.
Sangrado
Si notas que tu hijo tiene un sangrado constante que no se detiene fácilmente —ya sea en encías, nariz, piel o incluso en la región anal— debes buscar ayuda médica sin demora.
En el caso de las adolescentes, si el periodo menstrual es muy abundante y coincide con un fin de semana, es recomendable acudir al hospital, pues puede requerir una transfusión de plaquetas y medicación especial para detener el sangrado.
Diarrea
Más de tres evacuaciones líquidas en menos de seis horas son un signo de alarma. La diarrea puede deshidratar rápidamente a un niño, y en pacientes con leucemia la pérdida de líquidos y electrolitos puede ser aún más riesgosa.
Moretones y petequias
Todos los niños se golpean y hacen moretones jugando, pero cuando estos aparecen sin razón aparente, en zonas poco comunes como el pecho o el abdomen, o cuando aparecen puntos rojos en la piel llamados petequias, es momento de actuar. Estos signos suelen indicar un problema en las plaquetas, que son las células encargadas de detener los sangrados.
Vómito
Si el niño vomita más de tres veces al día o no puede retener alimentos ni líquidos, debe ser valorado en el hospital. Los vómitos frecuentes pueden causar deshidratación y desnutrición, además de complicar el tratamiento.
Dolor
El dolor es una señal que siempre debe tomarse en serio. Si el niño tiene un dolor intenso, constante o que no mejora, es fundamental llevarlo al médico. Los padres pueden ayudar anotando:
- La fecha de inicio del dolor.
- La intensidad (por ejemplo, leve, moderada o muy fuerte).
- Qué cosas lo empeoran: movimientos, cambios de posición, comidas, evacuaciones, etc.
Importante: no dar analgésicos que no hayan sido recetados por el médico, ya que algunos medicamentos pueden interferir con el tratamiento de la leucemia.
Falta de aire
Si el niño respira demasiado rápido, se agita con facilidad o se sofoca de manera repentina, hay que acudir de inmediato al hospital. La dificultad para respirar puede estar relacionada con anemia, infecciones o complicaciones más serias.
Figura 3.

Ilustración: Principales signos y sintomas de la leucemia detectables por padres o cuidadores primarios.
“Como padre, ¿qué debo hacer día a día para el seguimiento y bienestar de mi niño con leucemia?
Como papás, nuestra mejor herramienta frente a la leucemia es la observación y la atención temprana. Conocer los signos de alarma, como fiebre, sangrado, vómito persistente, falta de aire, moretones sin causa, dolor intenso o diarrea constante, nos permite actuar a tiempo y llevar a nuestros hijos de inmediato al hospital cuando lo necesitan.
Recuerda: nunca minimices un síntoma ni intentes tratarlo en casa por tu cuenta. Siempre consulta con el equipo médico, ellos son los mejores aliados en este camino.
Aunque la leucemia es una enfermedad seria, hoy existen tratamientos efectivos que permiten a muchos niños recuperar su salud y seguir adelante. Tu papel como padre o madre es fundamental: acompañar, apoyar y brindar amor incondicional durante cada etapa.
No estás solo. Confía en los médicos, en tu intuición y en la fortaleza de tu hijo. Cada signo que detectas a tiempo, cada decisión de acudir al hospital y cada gesto de cariño hacen una gran diferencia.
Estar informado y atento no significa vivir con miedo, sino con esperanza. Con detección temprana, tratamiento adecuado y el apoyo familiar, la leucemia se puede vencer.
Un mensaje de esperanza para las familias
La leucemia es una batalla dura, pero con detección temprana, atención médica oportuna y el acompañamiento familiar, muchos niños logran superar la enfermedad y volver a disfrutar de su infancia.
Aunque hablar de leucemia en niños puede causar miedo, hoy existen tratamientos muy efectivos que han permitido que la mayoría de los pequeños diagnosticados logren recuperarse y volver a llevar una vida plena. El diagnóstico temprano es la herramienta más poderosa que tienen los padres en sus manos.
Detectar los síntomas a tiempo, buscar atención médica y confiar en los especialistas puede cambiar por completo la historia de un niño con leucemia. La vigilancia, el amor y el acompañamiento de la familia son tan importantes como el tratamiento mismo.
En resumen, estar atentos a cambios como cansancio extremo, palidez, fiebre recurrente, moretones fáciles, sangrados, dolores de huesos, inflamación de ganglios o pérdida de apetito puede ayudar a reconocer la leucemia en etapas tempranas. La detección temprana salva vidas.
Tabla 1. Definiciones técnicas de apoyo.
| Leucemia | La leucemia es un tipo de cáncer de la sangre que comienza en la médula ósea, el tejido blando que se encuentra en el centro de los huesos, donde se forman las células sanguíneas |
| Petequias | Manchas rojas, pequeñas como la punta de un alfiler, planas y redondas debajo de la piel causadas por una hemorragia. |
| Ganglio | En el ámbito médico, un ganglio se refiere a una estructura anatómica que puede tener diferentes funciones dependiendo de su localización y tipo. Los más conocidos son los ganglios linfáticos, pequeños órganos en forma de frijol que forman parte del sistema linfático y desempeñan un papel esencial en la respuesta inmunitaria. También existen ganglios nerviosos, que son agrupaciones de células nerviosas que actúan como centros de transmisión y procesamiento de señales en el sistema nervioso. |
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